4 may 2012

Relatos para pensar


Había una vez un muchacho que tenía muy mal carácter.
Un día su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que se notase agresivo debería clavar uno en la parte trasera de la cerca.
El primer día el muchacho clavó un total de treinta y siete.
En las siguientes semanas , fue controlando esos momentos de ira con lo cual el numero de clavos iba disminuyendo gradualmente.
Descubrió que era más fácil controlar su temperamento que poner aquellos clavos en la cerca y finalmente llegó el día en que el muchacho consiguió controlar esos arrebatos de agresividad.
Muy satisfecho se acercó a su padre contándole que había conseguido anular esa actitud. Él se alegro, y le propuso que en adelante por cada día que pasase sin violentarse y manifestar agresividad quitase un clavo. Al cabo de unas semanas el muchacho había quitado todos los clavos y de nuevo se dirigió a su padre para informarle.
Él tomó a su hijo de la mano y lo condujo a la cerca. Le dijo:
-"Lo has hecho bien, hijo, pero observa los huecos de la cerca. Nunca volverá a ser la misma.
Cuando dijiste cosas enojado dejaste cicatrices como éstas".

Y después de este relato os pongo un par de trabajitos de mis alumnas


 
Cuadro realizado por Merche con pastas modelables 

Álbum de fotos hecho por Bego

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