La infancia es tiempo de inocencia.
Son peldaños muy altos
y huellas de pisadas muy pequeñitas.
Es un mágico lugar de sueños...
donde todo es posible
y lo mejor está justamente empezando.
La infancia es para explorar...
Es para remar... y llegar...
y tocar.... y ver...
y gustar... y oír...
y aprender....
pero, sobre todo, para crecer.
Hoy os enseño un par de medidores infantiles.
Están pintados con pinturas acrílicas sobre una madera.
Cuando eres un niño sólo piensas en crecer,
y cuando creces,
sólo piensas en para de crecer.